sábado, 24 de septiembre de 2016

UNDÉCIMO ESCALÓN: MEDIA MARATÓN ROLLER&RUNNING NIGHT CARTAGENA


UNDÉCIMO MES: MEDIA MARATÓN ROLLER&RUNNING NIGHT CIRCUITO DE VELOCIDAD DE CARTAGENA 2016

 #Rollerunningnight


27 de agosto de dos mil dieciséis


" Si no eres capaz de hacer sacrificios por un sueño, significa que no es tu sueño..."



   Esta es la penúltima media maratón de este reto y ha sido sin duda diferente a todas las que hemos hecho hasta ahora, por lo menos, ha sido totalmente diferente para mi, pues es la primera vez que hago una media maratón sobre un circuito cerrado de casi 830 metros, dando nada mas y nada menos que 25 vueltas.


Pensé que me sentiría como esos ratoncitos que dan vueltas en una rula, pero no, fue una sensación distinta... y por que no decirlo, también un esfuerzo añadido porque el mes de agosto ha sido un mes complicado ...


Este escalón lo haríamos a solas Pepe y yo..., esa tarde fuimos a ver a Cristóbal "el sensei" que nos insistió en que esta carrera era más de cabeza que de piernas..., subimos al coche y entramos a la autopista que nos llevaba a Cartagena...

Yo no puedo evitarlo, a pesar de todas las carreras que llevo hechas siempre estoy nerviosa antes de la salida, a pesar de ser ya el undécimo mes seguido, siempre le tengo respeto a esta distancia, porque por muy bien preparado que vayas, no todos los días son iguales y tu cuerpo puede reaccionar de mil formas distintas..


Subida al coche, mi móvil me avisaba que tenia un mensaje de audio, lo abrí y allí estaba Mari-Carmen, una princesita de la Asociación de Down-Lorca que con su media lengua, me daba ánimos para afrontar esta carrera, me decía que a ella le había picado una medusa y aún así no tenía miedo y se volvía a meter en el mar... no encuentro palabras para escribir lo que sentí en ese momento al escucharla, fue como una bocanada de aire, como un empujón,... sencillamente confiaban en mí y yo no podía fallar..



La primera edición de la Roller Running Night,  se celebró en el Circuito de Velocidad de Cartagena y fue organizada por el Club Amigos del Maratón. Lo curioso de esta prueba era que estaba dividida en dos disciplinas distintas: el patinaje y el running, y contaba con diferentes distancias, media maratón, maratón y hasta 6 horas o 12 horas seguidas, que podían hacerse de forma individual o por relevos... desde aquí mi más sincera admiración a todos aquellos que se atrevieron con esas 6 o 12 horas...


El circuito de los patinadores era bastante más largo que el de corredores, pero todos teníamos que pasar por ese arco de meta contador de las vueltas..., 25 vueltas en mi caso.    


Fue entrar en ese circuito a través del acceso habilitado en los boxer donde se apilaban cientos de ruedas de coches y se podía ver todo el recorrido, con todas aquellas curvas cerradas, un arco de meta gigantesco, "diferente", se podía escuchar el sonido de las ruedas en línea de todos aquellos patinadores a pesar de la música estridente,  y me vino a la cabeza la peli que hace años veía con mis hijos, era como "Rayo MCqueen"..:
#concentración, #velocidad, #soyrayoMcQueen..      









De nuevo, una prueba nocturna, que arrancaba a las diez de la noche y concluía a las diez de la mañana, para aquellos valientes que se atrevieran con las 12 horas..; pese a que había poquitos corredores por ser la primera edición,  contó con la participación de cinco campeones de España de 100 kilómetros en diversas categorías, como Cristina González, Pedro Serna, Pedro Juan Zafrilla, Alfonso Ariza, y Alberto Costilla entre otros..y allí estábamos nosotros "la parejita del #retoyosipuedo" como nos decía el speaker .. sin embargo los patinadores eran una aplastante mayoría .....



Justo 15 minutos antes del comienzo de la prueba, Manolo Rico, uno de los organizadores, nos dio una charla explicándonos como debíamos hacer la salida, pues cada carrera tenia una vuelta de compensación para ajustar el recorrido, en nuestro caso, el de la media maratón consistía en una vuelta de compensación, con una salida más avanzada que el resto de carreras y después 25 vueltas a un circuito circular cerrado, pasando siempre por el arco que meta que media a su vez las vueltas.      

Conocimos a Ginés Soto otro organizador con el que estuvimos charlando y nos hizo algunas fotos en ese arco de salida "especial"..


La música se escuchaba a todo volumen y sonó el disparo de salida, Pepe y yo comenzamos a correr...
Yo iba pendiente de la gente que nos rodeaba, pensando en qué clase de "locos" corrían esta prueba y los había de todas las edades y todos los estilos.. una chica hacía marcha a un buen ritmo, había una mujer mayor que yo, que corría muy despacio pero con un ritmo constante.., en ese momento pensé que a mi me gustaría llegar a esa edad y poder hacer este tipo de pruebas por muy locas que sean..; había un grupo de chicos jóvenes que corrían por relevos y estos casi volaban, un par de chicas también más jóvenes que yo que lucían camisetas del "correbirras"... con Cristina González coincidimos en un par de vueltas al principio y "charlamos" (a ritmo de carrera), sobre este gran reto de las 12 medias maratones, recordamos como coincidimos también en la media maratón de Torre-Pacheco (en la que ella se alzó con la victoria absoluta femenina) y sobre sus 6 horas dando vueltas a esta endemoniada pista.....


Cada vez que girábamos esa curva cerrada, siempre en sentido derecho, para enfilar la recta que pasaba por el arco de meta que contaba las vueltas, coincidíamos con los patinadores, en alguna ocasión mi gps pitaba indicándome que estaba perdiendo la señal..., supongo que también se volvió loco con tanta vuelta, pero compensaba ver el espectáculo en patines, era increíble verlos patinar a esa velocidad, también los había de todas las edades, hombres y mujeres, que se impulsaban con los brazos para lanzarse por esa bajada que los llevaba en su caso, al arco contador,  algunos pasaban casi volando haciendo un ruido increíble con las ruedas...

¿Podéis imaginaros la de cosas que te pueden pasar por la cabeza corriendo por ese circuito cerrado?..., hubo tiempo para todo...
Cuando me planteé hacer este reto, no era realmente consciente de lo que iba a suponer.., durante aquellas zancadas pensé en las experiencias que este reto me estaba dando, pensé en la oportunidad que me estaba brindado de conocer a gente "grande", y no sólo lo digo por todos los "corredores de los buenos" con los que he coincidido, sino por la gente que ha puesto en mi camino, que sin conocerme casi de nada, ha estado aquí apoyándome, mandándome fuerzas para seguir adelante y no tirar la toalla, colaborando con un proyecto como el nuestro,...


En aquellas zancadas también pensé en la gente que ya conocía, la familia, los amigos, compañeros de trabajo o del equipo, esas personas que si estaban ya dentro de mi entorno.. y como habían reaccionado a esta locura..., para mi sorpresa no todo ha sido un camino de rosas..., pero sobretodo este reto, me ha brindado la oportunidad de conocerme a mí misma un poquito más.. de ver hasta donde puede ser capaz de llegar mi fuerza de voluntad, no he querido competir con nadie, salvo conmigo misma, ni ser protagonista de nada, salvo de mi propio reto interior..



Al cabo de un rato de dar vueltas,  el aburrimiento se hizo presente y recuerdo que Pepe me miró y me dijo: "venga!! vamos a jugar a algo!!,.. la verdad es que dar tanta vuelta se hacía eterno.. y tener a Pepe a mi lado fue el mazo que iba rompiendo los muros que se ponían por delante...tampoco puedo expresar con palabras lo que este reto ha supuesto en mi relación con mi marido, siempre ha estado aquí, un día dijo: "en la salud y en la enfermedad, en la riqueza o en la pobreza..." y ahora añadía: "en todas y cada una de las zancadas de este reto", haciendo más grande y fuerte si cabe esta unión.


"En un beso, sabrás todo lo que he callado..." #PabloNeruda




En la mitad de la vuelta 23, volví a coincidir con Cristina González, que a pesar de la cantidad de kilómetros que aún le quedaban a ella por delante, lucía una sonrisa espectacular, y hablaba como si estuviese de paseo por el parque, mientras yo era incapaz de decir en voz alta ni tres palabras seguidas, y sonriendo me animó a apretar el ritmo y terminar cuanto antes, pues dentro de la categoría de media maratón era la primera chica..., y así lo hice,  eran casi las 12 de la noche, a la mitad de esa vuelta 23 cuando decidí apretar el ritmo, y dar todo lo que me quedaba dentro, cuando gire por ultima vez esa curva mire al frente y el arco marcaba 1:52 minutos, cruce ese arco gritando: "ya está¡¡¡, he terminado las 25 vueltas¡¡, lo he hecho!!"


"Las pasiones humanas son un misterio..., hay gente que se pasa la vida escalando montañas sin poder explicar por qué..."
#MichaelEnde, La historia interminable



   





jueves, 22 de septiembre de 2016

DÉCIMO ESCALÓN: MEDIA MARATÓN DE VERA


DÉCIMO MES: MEDIA MARATÓN DE VERA
#MMVera2016

 

16 de julio de 2016

 

Cuando una persona desea realmente algo, todo el universo conspira para ayudar a esa persona a realizar su sueño

#PauloCoelho

 

Creo firmemente en esta frase, creo que cuando tienes un sueño, tienes que luchar por él con todas tus fuerzas.

Este reto de 12 medias maratones ha puesto en mi camino a gente increíble, ha hecho que aprenda muchas cosas, sobretodo de mí misma, ha hecho que disfrute de la vida como no lo había hecho antes, dando sentido y más valor si cabe a muchas cosas que estaban aquí conmigo y no has había sabido apreciar.

 

A veces hay sueños difíciles, pero ahora no creo en la palabra "imposible", los sueños hay que lucharlos y después del escalón anterior, luche para que esta lesión no me impidiera frenar, luche por fortalecer toda la región lumbar y abdominal, luché para que mis zancadas fuesen mejores, luché por no tragarme toda el agua de la piscina en todas esas horas nadando, luché por no caerme de la bici en todas aquellas salidas, luché por aumentar poquito a poco mi velocidad en todas aquellas carreras populares pequeñitas en las que participamos..., hasta que un día se me presentó la oportunidad de acompañar al benjamín de la casa en uno de sus triatlones ..

Si correr 12 medias maratones ha sido un reto salvaje para mí, hacer un triatlón (a pesar de ser en la distancia súper sprint) a la altura de la décima media maratón, ha sido todo un "re-reto"; ponerme el dorsal sea la distancia que sea me da miedo, y pasé días pensando en no hacer este triatlón a pesar de estar ya inscrita, porque esta no era miedo sino pánico..., y una vez más luché..., y cuando me vine a dar cuenta mi hijo Miguel y mi marido estaban a mi lado corriendo gritándome ese "¡vamos mama!" por aquella alfombra que me llevaba a la meta de mi primer triatlón. Fue entonces cuando me invadió esa sensación, algunos amigos triatletas dicen que es el veneno del triatlón, yo simplemente tenía la sensación de que era fuerte, me sentí feliz, me sentí orgullosa de mi misma por haberlo intentado, sentí de verdad que yo podía.  

 

Y llena de esa energía, llegó el día de este décimo escalón, esta décima media maratón, en Vera (Almería), muy cerquita de San Juan de los Terreros donde pasamos parte del verano, y esta vez la carrera era nocturna. ¡Menos mal!, porque en pleno mes de julio el calor ya no es tan buen amigo del running...

 

Allí en Vera nos esperaba Sole, nuestra compi del #retoyosipuedo, esta guerrera que una vez más se armaba de valor para acompañarnos en otro escalón de esta pequeña-gran locura.

Sencillamente me sentí feliz por llevar a mi lado a una valiente que lucharía una vez más frente al "miedo" a esta distancia...; cuando una persona te dice: "voy contigo", a pesar del esfuerzo que esto conlleva, no puedes hacer otra cosa que admirar esa fuerza, esa energía positiva y desde aquí quiero agradecerle una vez más que fuese capaz de transmitirme parte de su coraje para cruzar esta meta.

"No era más que un zorro semejante a cien mil otros, pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo..., #elprincipito"
 

Recogimos los dorsales con tiempo y junto al "Boti" fuimos a su casa a tomar ese café pre-carrera, pero estábamos tan nerviosos que fuimos incapaces de tomar algo que no fuese agua.

Su casa estaba próxima al tramo donde transcurría el kilómetro 19 y volvimos andando hasta el arco de salida para reunirnos con el resto del equipo y hacer esas fotos donde todos salen sonrientes y perfectos y yo salgo con mi cara de susto, intentando que asome una medio sonrisa a pesar de esos tremendos nervios..., ¡que le vamos a hacer!, ¡no lo puedo evitar!...



Sin embargo esta vez, a pesar de estar nerviosa como siempre, me sentía un poquito más confiada en mí misma que otras veces, había escuchado a mi cuerpo, había cogido fuerzas y allí estaba otra vez en ese arco de salida junto a mi escolta de lujo, dispuesta a pelear esa carrera. 


"El mejor guerrero no es el que triunfa siempre, sino el que vuelve sin miedo a la batalla..."

 


Sonó el pistoletazo de salida y corrimos como alma que lleva el diablo; la media maratón se hacía junto a una carrera de 5 kilómetros y evidentemente los corredores de esta distancia salieron casi en sprint, y allí estábamos los tres, corriendo ese primer kilómetro a un ritmo de cuatro y pico, menos mal que supimos regularlo a tiempo y poco a poco alcanzamos nuestro "ritmo-crucero".

Había mucha gente conocida en esta carrera e íbamos saludando, dando y recibiendo ánimos, cuando de pronto una chica nos adelanta y nos grita: "¡vamos ese #retoyosipuedo!, ¡ánimo parejita!", era nada más y nada menos que Myriam, la maratoniana madrileña del grupo "NextLevel" que tan bien nos acogió en la media maratón de Madrid.

Enseguida se apoderó de mí un chute de energía positiva y pese al calor y la tremenda humedad que había, mis piernas, mi cadera, mi piramidal, todo pasó a un segundo plano..., de pronto todo estaba bien y seguimos avanzando con una sonrisa de oreja a oreja al cruzarnos también a Jose-Luis su pareja, fue genial verlos allí y sentir esa sensación de alegría y reencuentro.

Una de las cosas más bonitas de correr en Vera,  es que el pueblo está lleno de extranjeros a los que les encanta este tipo de pruebas y no se cortan en gritarte al pasar, animándote y aplaudiéndote, mucho más si cabe, si es una mujer la que pasa por la carrera; el recorrido consistía en dos vueltas que transcurrían por las urbanizaciones de Vera-Playa y el paseo marítimo, casi a la orilla del mar, y pese a la humedad, correr casi anocheciendo oliendo a esa mezcla de sal y algas, fue especial.  

 

Llegó el tramo donde los corredores de los 5 kilómetros giraban a la derecha para encaminarse a la meta y nosotros seguíamos en línea recta por ese paseo marítimo, algunos de esos corredores nos gritaban palabras de ánimo a los que seguíamos y eso me trajo a la cabeza ese momento en la media maratón de Madrid cuando nosotros aplaudíamos a los valientes maratonianos.

"No entendemos el valor de los momentos, hasta que se han convertido en recuerdos..."

 

Hubo uno de esos momentos casi al final de la primera vuelta, en el que Sole empezó a quejarse por flato, y aún así no tiró la toalla, siguió adelante avanzando al ritmo que habíamos marcado, demostrándome una vez más su fuerza, su resistencia, y yo de algún modo iba contagiándome de ella.

 

La noche se volvió oscura del todo, bebíamos agua constantemente en todos los avituallamientos, la humedad seguía creciendo o esa era nuestra sensación y los kilómetros se fueron haciendo más duros..., aprovechamos para tomarnos el gel energético bien entrada ya la segunda vuelta y avanzando entre todas aquellas rotondas y giros, volvimos al sendero del paseo marítimo a la orilla de la playa; Allí fue donde Pepe comenzó a tener calambres en el gemelo, bajamos el ritmo, pero él insistió en que siguiera adelante con Sole, que nos esperaría en meta o si lograba recuperarse seguiría en la carrera, pero insistió en que lo dejásemos atrás..


Mi cabeza entró en estado de shock, Pepe había estado a mi lado en todas y cada una de esas carreras, jamás me había abandonado y yo no podía hacerlo ahora, así que seguí bajando el ritmo para ver si podía recuperarse..., hasta que llego un momento que me gritó: "la que tiene que entrar en meta eres tú, así que sigue corriendo"...;   

Con todo el dolor de mi corazón seguí avanzando por ese tramo oscuro de calles que serpenteaban, sin decir ni una sola palabra, sólo escuchando el sonido de nuestras zancadas y la respiración que llevábamos, no podía hablar y supongo que Sole lo entendió porque ella tampoco decía nada, yo estaba inmersa en una batalla conmigo misma...


Estábamos llegando a un avituallamiento en una de esas curvas, cuando uno de los voluntarios gritó: ¡que vienen dos chicas!, y creo que fue en ese momento donde mi cabeza volvió a hacer "clic"..., miré a Sole sonriendo y pensé que debíamos ser algo raro..., mi ritmo empezó a subir poco a poco, cada vez iba más fuerte, en cada una de esas zancadas iba soltando la rabia que estaba comiéndome por dentro, sin darnos cuenta pasábamos ya por la casa de Sole, cerca del kilómetro 19, donde su marido nos hizo una bonita foto y nos animó al pasar y allí nos crecimos las dos,  avanzamos cada vez más rápido, adelantando a muchos corredores, incluso en una de esas rotondas pasamos a un grupo de ellos, Sole por la izquierda y yo por la derecha y seguimos con ese ritmo subiendo por aquella avenida que llegaba al Parque Acuático donde estaba situada la meta.


"Justo cuando la oruga pensaba que el mundo había terminado, se convirtió en mariposa..."

 


Una vez arriba encaramos la línea de meta, al fondo se veía ya el arco y el reloj, empecé a gritarle a Sole para que subiera el ritmo, corrimos en sprint por aquella recta como si nos fuese la vida en ello, nos cogimos de la mano y entramos en meta.

 Sin pensar en nada más me quite el chip de la zapatilla a toda velocidad, para que me dejasen entrar de nuevo en el recorrido, no sé si fue una corazonada o que fue, pero estaba segura que Pepe no había abandonado la carrera, que venía detrás y yo quería entrar a su lado. 

Supongo que Sole se imaginó lo que quería hacer y pesé a que estábamos sin fuerzas, hizo lo mismo y me siguió, llegamos hasta la curva y lo vimos venir, nos pusimos cada una de nosotras a un lado suyo y entramos de nuevo corriendo juntos por ese arco de meta..., y allí estaba otra vez, esa tremenda sensación de felicidad...

 
 
 






Luchamos por éste décimo escalón, sufrimos esos kilómetros, reímos, charlamos con los compañeros y con esa parejita "NextLevel" que hizo también especial este momento, gritamos de alegría al ver la clasificación, disfrutamos de toda esta experiencia, y subimos al podium orgullosos, (y digo subimos porque si algo tengo claro es que este reto por si ya difícil, habría sido imposible sin Pepe), brindando éste trofeo a todos los que nos estaban apoyando, a mis hijos, al equipo #retoyosipuedo, a DownLorca y a esa grulla-loca que un día me hizo creer en este sueño y creer en mí para perseguirlo.

 




"Todo empieza con un sueño, sueñalo, y podrás lograrlo ..." #WaltDisney       

 

 

 

Comparecencias

 

lunes, 19 de septiembre de 2016

NOVENO ESCALÓN: CARRERA DEL LITORAL DE AGUILAS


NOVENO ESCALÓN: CARRERA DEL LITORAL DE AGUILAS

#MMLitoralAguilas2016


5 de junio de 2016



 Este escalón es un punto de inflexión en este reto de doce..; La Carrera del Litoral de Aguilas es una prueba no competitiva de veintitrés kilómetros y medio que transcurre, como su propio nombre dice, por todo el litoral aguileño, atravesando las 36 playas que lo forman, con una bonita mezcla de asfalto, montaña y arena de playa.


No hace mucho leí que nuestra capacidad de conseguir un objetivo, depende en gran medida de nuestra capacidad de perseverar e intentarlo una vez más. Ninguna meta se cumple de forma lineal, por el contrario, nos vemos metidos en interminables dientes de sierra que nos hacen caer de nuevo y que nos obligan a levantarnos o por el contrario nos hacen tirar la toalla. Si quieres ser bueno en algo, debes acostumbrarte a caminar sobre los dientes de sierra, sube, baja, sube, baja, hasta haber conseguido tu objetivo.-


Una de las cosas bonitas que el deporte nos enseña es la capacidad de resistir, de perseverar ante las dificultades, tirar la toalla es el lado facil, pero nuestra capacidad de resistir nos habla de sueños que no son fáciles de conseguir, de metas ambiciosas, de anhelos prácticamente imposibles que sin constancia y fuerza interior no podremos conseguir.


El proceso que seguimos hasta que tiramos la toalla es bastante sencillo, todo comienza con una sensación, le siguen unos cuantos pensamientos, sensaciones más grandes, más pensamientos y finalmente nos damos la razón de que lo mejor que podemos hacer es tirar la toalla.  
 

No depende de nosotros el decidir cómo de difíciles serán las metas que enfrentaremos en la vida, a veces las cosas se complican mucho más de lo que tú quieres, y es entonces cuando la vida te pone a prueba, cuando te hecha un pulso. ¿vas a tirar la toalla? vamos, aguanta, ¡tú puedes!


 Supongo que todas estas cosas fueron pasando por mi cabeza.
Cada día lo recitaba como un mantra, tenia conmigo misma un dialogo interior que no dejaba de repetirme: "yo puedo", "puedo conseguirlo", "voy a aguantar un poquito más, a ver que pasa"..como un pequeño reto dentro del gran reto.           


Y esto fue lo que me pasó en esta carrera, muy a pesar de las indicaciones del fisio, decidí intentarlo una vez más, aunque esta vez dándole un respiro a mi pierna derecha y a mi cabeza, eligiendo una prueba no competitiva, que a pesar de ser dura por el recorrido me daba la oportunidad de hacerla en un corre-anda.

En esta carrera el club de Atletismo de Aguilas (los organizadores), se encargaban de recoger a los corredores a las 7,30 de la mañana en un autobús en la Playa de la Carolina (meta) y nos llevaba hasta la Playa de la Galera (salida), pero nosotros no esperamos a ese autobús y mi tía nos llevo a Jose, Pepe y a mí, hasta esa Playa de la Galera.

 Jose nos había llamado días antes porque quería hacer esta carrera con nosotros, acompañándonos en este escalón especial...
Al bajar del coche bajamos caminando hasta la orilla del mar, conectamos nuestros gps y comenzamos la marcha.., esta vez no había nervios, no había dorsal, no había arco de salida, ni pistoletazo, ni multitud de camisetas multicolores...
Allí estábamos los tres, con nuestra camiseta del #retoyosipuedo, rodeados de miles de ilusiones, de esperanzas, caminando bajo ese cielo nuboso y sobre aquella mezcla de arena de playa, piedras y tierra, hablando sin parar de mil cosas..., del reto, de este proyecto con los chicos de DownLorca, de los hijos, del trabajo, de la forma de sentir la vida, de las ilusiones y desilusiones, de la lesión, de los amigos, de aquellos que te acompañan y sacan lo mejor de ti..., mil cosas..y todo ello pasando de una playa a otra, hasta llegar a la Playa del  Sombrerico..
Una vez atravesamos la playa, subimos hacía la carretera y allí comenzamos a correr.., el truco para vencer este "dolorcillo" era llevar un ritmo constante, y así avanzamos atravesando Cabo-Cope y Calabardina, en dirección al Centro Comercial del Hornillo, recuerdo como Jose me animaba a la altura de la Playa de la Cola, diciéndome que iba fuerte a pesar de estar lesionada..


Llegamos al Pabellón del Auditorio de Aguilas, situado en la Playa de las Delicias, donde hicimos una parada en boxes, pues en este punto se nos unían corriendo Conchi, Bea, Cati, y Ana María, y otro grupo de chicas del gym "SpaceFitness" guiadas por Isa Chuecos lo harían andando, entre ellas Blasi, cuyas palabras de animo y apoyo me dieron otro empujón más para seguir adelante..




El grupo de carrera ya estaba avanzando rápidamente y nos pisaba los talones, así que decidimos salir y que nos alcanzaran por el camino.., reiniciamos la carrera desde esa Playa de las Delicias, pasando por todo ese Paseo Marítimo de Aguilas en grupo, con Bea y Conchi a la cabeza marcando el ritmo, el cual era mucho más alegre que en el tramo anterior, pero fue perfecto pues pude demostrarme a mí misma que podía con él..

Las nubes que nos dieron la bienvenida a las 7,30 de la mañana ya habían desaparecido y el sol estaba picando bastante.., fue duro correr por ese paseo viendo a tanta gente en la playa disfrutando del mar..
Le había prometido al fisio que no haría muchas locuras en esta carrera, partiendo de la base que para él ya lo era, el sólo hecho de hacerla...así que ya que el carácter de la carrera no era competitivo, modificamos un poquito el recorrido a fin de evitar más arena de playa y rocas, haciéndolo por asfalto o el carril bici que cogimos en dirección a Calarreona. donde nos esperaba la familia de Jose, dándonos gritos y animándonos al pasar como si fuésemos verdaderos atletas en una competición, como si fuésemos algo importante ... (y lo éramos, al menos para ellos, pues no todos los días se ve a una padre haciendo un gran esfuerzo físico participando en un gran proyecto solidario), fue una sensación muy bonita, de esas que es difícil olvidar..

Seguimos corriendo a buen ritmo a pesar del calor, supongo que nos vinimos arriba después de todos aquellos aplausos, bordeamos el albergue de Calerreona, subiendo por esa montaña que nos llevaba hasta la penúltima playa, la de La Higuerica; subimos y bajamos por esas rocas hasta que nos paramos en un acantilado, la carrera estaba a punto de terminar, estábamos al final de esos 23,5 kilómetros, y allí en esa parada aprovechamos la ocasión para hacernos fotos, respirar, sentir esa brisa del mar, reir ..

Estaba feliz, porque no había abandonado, no había tirado la toalla, a pesar de este corre-anda el reto seguía adelante, porque estaba rodeada de gente que me quería, de gente que estaba empujándome, llenándome de fuerzas ...

La cabeza de carrera nos pilló a un ritmo tremendo, Cristóbal y otro chico prácticamente volaban sobre esas rocas, y justo detrás de ellos todo un pelotón los seguía picándose entre ellos; entramos siguiéndolos por el sendero que llegaba a la Playa de la Carolina, donde nos esperaba la meta y un surtido de fruta, bebida y un montón de "salchichas de pellizco" regalo de la carnicería de Jose, mi escolta de lujo en esta ocasión.

Cruzamos otra meta, entre risas, abrazos, fotos..., y como había prometido nos metimos al agua, esa fue la medalla, ese baño en el mar, esas risas, esa ilusión, esa esperanza...;
allí dentro del mar, mirando hacia la meta donde iba llegando el resto de corredores, lo sentí..., sentí esa energía desbordante, ese compromiso conmigo misma y con el proyecto, convencida de que valía la pena seguir luchando,... sentí como esa ilusión crecía en mí llenando mis depósitos de gasolina...sentí las fuerzas de todos los que estaban a mi lado, sentí una vez más ese trocito de felicidad...



 "La vida es como una caja de bombones, nunca sabes lo que te va a tocar.." #ForrestGump  
"Son tus decisiones, no tus condiciones, las que determinan tu destino.."
#Despertando al gigante interior @AnthonyRobbinsCabecera

Comparecencias

OCTAVO ESCALÓN: GRAN VÍA ALICANTE RUNNING DAY


OCTAVO ESCALÓN: GRAN VÍA ALICANTE RUNNING DAY

#MMALICANTE2016



15 de mayo de 2016


Correr doce medias maratones en doce meses, no es solo correr esas doce carreras..., son doce meses de no dejar de entrenar ni un solo día, porque el día de descanso también es un día de entrenamiento y todos esos kilómetros seguidos al cabo de unos meses se notan.       



En este escalón me acompañaban mis "chicas de oro" y no solo lo hicieron el día de la carrera sino en cada entrenamiento de este mes, Conchi, Bea y Sole decidieron lucharlo a mi lado.          

Soy muy consciente del esfuerzo que hicieron por estar a mi lado, pues para Bea, éste fue su estreno en la distancia media maratón y se enfrentó además a superar el miedo a esta primera vez; para Conchi el reto consistió en superar la distancia, sin el dolor de sus rodillas y para Sole, armarse de coraje y enfrentarse a una distancia que le traía malos recuerdos..


Para mi fue todo un lujo correr con ellas, llevar esta escolta a estas alturas del reto donde ya mis fuerzas empezaban a flaquear física y psicológicamente fue todo un chute de energía positiva.        



El domingo antes de la carrera, fue nuestra última tirada larga, salimos bien temprano Sole, Bea, Pepe y yo a rodar por uno de los recorridos clásicos aquí en Lorca de unos 17-18 Km., a un ritmo lo más parecido al que llevaríamos en la media maratón, hablando de vez en cuando, pues nos faltaba Conchi, el "alma-mater" de nuestras "chácharas".., a la altura del kilómetro 12-13 sentí ese pinchazo sordo encima de la cadera derecha, como esas banderillas que se le ponen a los toros, torcí no solo el gesto sino también mi forma de correr...
Las chicas estaban fuertes y yo no quería parar, pero llegó un momento en que pensé que a ese ritmo no podría volver a casa, así que lo bajamos y el dolor pasó de la parte de atrás de la cadera, al muslo, a la rodilla y al pie..., cada vez que mi pie derecho tocaba el suelo era como pisar las alfombras de púas de los faquires ..
Llegué a casa asustada, estiré y pase toda la tarde tumbada en el sofá, pero el dolor no cesaba, y mi cabeza solo pensaba en que éste era el final, incluso redacte mentalmente mi despedida de este reto de 12 medias maratones en 12 meses.
No quería defraudar a nadie, ni a mi familia, ni a mis amigos, ni a mis "chicas de oro" que luchaban por este escalón, ni a mi sensei, ni a mi equipo, ni a Down-Lorca, pero por quien más me dolía era por mí misma..
Al día siguiente ya con el pie vendado y pasada la revisión con el físio, el diagnostico fue claro, por evitar la lesión inicial llevaba otra lesión más.., esta vez en los peroneos; mi pierna derecha estaba hecha un cuadro: piramidal, sartorio, tensor de la facia lata, recto anterior, soleo.. y lo que más me preocupaba en este momento, los peroneos.., tratamiento: Reposo absoluto.


Los días pasaron lentos, muy lentos, con la sensación de llevar como una espada de Damocles encima, ¿que hacia?.., ¿me retiraba ya o intentaba esa carrera?; poco a poco el dolor cesaba, pero que yo no lo sintiera con esa fuerza, no significaba que no estuviese allí..


Yo no quería abandonar, así que convencí a todos, incluida yo misma, que lo intentaría una vez más, y si después de todo tenía que abandonar lo haría en carrera..

Ese día no solo llevaba puesta la equipación de este equipo #retoyosipuedo, sino que llevaba además vendas protegiendo esos peroneos, y el piramidal y cada poro de mi piel olía a esa crema de masajes mentolada.



Nos subimos los cinco en el coche (Bea, Conchi, Sole, Pepe y yo) nerviosos, sobretodo yo, sin parar de hablar y  dando mil vueltas a la cabeza, llegamos a Alicante, donde nos reímos sin parar a la hora de aparcar pues fue casi misión imposible.

Por regla general suelo ser un manojo de nervios en cada carrera, sea la distancia que sea, creo que es el hecho de ponerme el dorsal lo que hace disparar los latidos de mi corazón y pese a las bromas, las fotos y todas las risas pre-carrera, nada hace que ese latido se normalice.


Gracias a mi compi de trabajo Alfonso teníamos los dorsales y allí mismo en la salida nos hicimos fotos con el otro Alfonso del reto, parecíamos un equipo grande..






Íbamos preparados y mentalizados en que en esta carrera el calor y la humedad, serían un factor muy a tener en cuenta, pero ya en la línea de salida, sin ni siquiera dar un paso, ese calor se notaba bastante. Sonó el pistoletazo de salida y todo se llenó de confeti a nuestro alrededor, Pepe volvió a colocarse a mi lado y a decirme como siempre ese: "aquí estamos!!!, vamos a por ella!!".       

Conchi y Bea corrían a unos pasos por delante, yo iba  flanqueada a ambos lados por Pepe y Sole y un poco más atrás lo hacían los dos Alfonsos...




El recorrido de esta media maratón consistía en dos vueltas a un mismo circuito, en el que una parte transcurría por mitad de la ciudad donde se imponía una tremenda subida y la otra parte lo hacía por el paseo marítimo hasta llegar a la explanada de España donde se situaba el arco de meta, pasando por una subida tremenda a pleno sol por encima del paseo.

Antes de completar esa primera vuelta y una vez pasada toda la subida, llegamos a una rotonda gigante donde el hijo de Sole esperaba apostado en la acera para ver pasar a su madre, recuerdo el grito de Sole diciendo su nombre, su sprint para salir a darle un beso y el chute de energía que a través de ella sentimos todos.

Pasamos por la segunda subida, encima del paseo marítimo a pleno sol y nos dimos cuenta de que esa segunda vuelta sería bastante dura, menos mal que había duchas que te rociaban a pasar.       

Al llegar a la Explanada de España se separaban las distancias, los que hacían los 10 kilómetros giraban a la derecha adentrándose en el arco de meta y los que hacíamos la media seguíamos adelante para afrontar la segunda vuelta, recuerdo que las chicas comentaron que esa debería ser su llegada y fui consciente una vez más del tremendo esfuerzo que estaban haciendo acompañándome.      

Aquello me dio fuerzas para superar la segunda subida por la ciudad a pesar del dolor que ya tenía por toda la pierna derecha; fue allí donde nos cogió Alfonso que siempre corre estas distancias de menos a más y fue el encargado de cogernos el agua en los avituallamientos y de animarnos en este duro tramo.

De pronto la rodilla de Conchi entró en escena y ella no pudo seguir el ritmo, la dejamos atrás muy a nuestro pesar, aunque yo sabía que ella no se retiraría que seguiría luchando, (más tarde nos contó que incluso había corrido hacía atrás para aliviar ese dolor de la rodilla)..

Seguimos corriendo en grupo Sole, Bea, Alfonso, Pepe y yo avanzando por la subida del Paseo Marítimo y al girar y bajar nos cruzamos con Conchi y Alfonso, nos gritamos como locos dándonos ánimos, y me sentí tremendamente feliz de comprobar que no había tirado la toalla, que seguía adelante.


Llegando casi al kilómetro 20 después de superar ese duro tramo del paseo marítimo, sentí como el cordón de mi zapatilla derecha se deshacía, todos seguían el ritmo, pero yo tenía que parar a atármelo; me incliné sobre el pie derecho, até el cordón y al incorporarme de nuevo, la cabeza esta vez ya no me acompañó.., me sentí mareada, como si estuviese borracha y el estómago se me puso del revés, si me quedaba algún hilo de fuerzas se me perdió en ese momento.

Cerré los ojos y al volver a abrirlos lo único que tenía claro era que tenía que seguir corriendo, a Pepe no le hizo falta hablar conmigo, supongo que se dio cuenta de que algo no iba bien y se pegó a mi lado.. pensé en mis hijos, los fui visualizando a cada uno de ellos como si estuviesen en ese momento a mi lado, vi a mi hijo Pepe luchando en la cancha de baloncesto con los brazos en alto, rojos por los arañazos de los chicos rivales, a mi hijo Luis capitán de su equipo de futbol-sala dando órdenes al equipo y gritándome: ¡vamos mama!, y a mi hijo Miguel llegando a la meta con su labio ensangrentado después del codazo que recibió en la salida, los visualicé a los tres luchando y en ese momento mi cabeza hizo un "clic" y pese al mareo, al dolor de la cadera extendido por toda la pierna derecha, el calor, la humedad, y el cansancio logré seguir corriendo.
Noté el brazo de Pepe pegado al mío, dirigiendo mis pasos, Bea, Sole y Alfonso rodeándonos; Sole no dejaba de mirarme y preguntarme como estaba, sólo quedaba un kilómetro, pero creo que fue el kilómetro más largo de había hecho hasta entonces...


Entramos todos juntos cogidos de la mano avanzando por esa alfombra roja hasta cruzar la meta...





Al entrar en meta mi cuerpo dejo de funcionar y caí al suelo, recuerdo las caras de susto, la ambulancia, reconozco que yo también estaba asustada, pero me recuperé rápidamente fue un susto, pero esta carrera me dio además de una experiencia más, una buena lección: estaba lesionada y tenía que reconocerlo, tenía que escuchar los gritos que mi cuerpo me estaba dando y por mucha ilusión que tenía por llegar al final de este reto, tenía que parar.







"Recordar este día valientes, pues nadie podrá arrebatároslo jamás" #300




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